A la hora de transportar mercancías podemos optar por distintas modalidades, ya que, de lo que se trata, es de poder aplicar en cada caso el tipo de transporte más adecuado para garantizar la mayor efectividad al proceso. El transporte combinado es una de ellas y se caracteriza porque la movilidad de los productos, desde su punto de origen hasta el de destino, no sufren ninguna manipulación, debido a que, el desplazamiento tiene lugar siempre en una misma unidad de carga. Por tanto, el trasporte combinado se aplica para entregas puerta a puerta que, en algunos casos, son de amplio alcance y en el que se puede llegar a utilizar vías terrestres, aéreas, ferroviarias o marítimas.
La organización de contenedores, un aspecto clave en el transporte combinado
Hay que tener en cuenta que, en el transporte combinado, es muy importante todos aquellos elementos que lo facilitan como la carga, transbordo, almacenaje o manipulación de las mercancías. Además, hay que contar con instalaciones adecuadas, en las que equipos y vehículos puedan actuar en las mejores condiciones.
La unidad de carga es un elemento crucial en el transporte combinado, ya que, tal y como hemos explicado, la mercancía permanece siempre en ella incluso en trayectos que traspasan distintos países y continentes. Por tanto, la organización interna de dichos contenedores y la garantía de que podrán ser trasladaos de forma segura y en condiciones óptimas, sobre todo en el caso de mercancías sensibles, es uno de los principales aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de decantarse por un transporte combinado.
Ventajas del transporte combinado
La elección de esta modalidad puede acarrear algunas ventajas respecto a otros sistemas, si bien a la hora de escoger una u otra opción, lo importante es valorar cuales de ellas se adaptan mejor a las necesidades de la cadena de suministro.
El transporte combinado puede ayudar a descongestionar las vías terrestres, ya que, gracias a los contenedores de gran tamaño, se pueden reducir la cantidad de desplazamientos. Como consecuencia, se produce una menor emisión de gases contaminantes y, por tanto, se reduce el impacto medioambiental y la huella de carbono. Esta modalidad también puede significar un gran ahorro, por una parte económico, pues reduce la mano de obra necesaria para carga y descarga en cada transbordo pero, también en tiempo, ya que, al reducirse los transbordos, se evitan contratiempos que suelen ser más habituales en otro tipo de modalidades de transporte.
Los distintos tipos de transportes combinados
Como hemos comentado al principio de este post, esta modalidad de transporte permite la combinación de diversos medios para el trayecto de la mercancía. En función de los que utilicemos podemos establecer algunas diferencias entre los distintos tipos de transporte combinado:
Roll-on roll-off
Este sistema contempla la utilización del transporte mar-carretera o mar-ferrocarril. En este caso, los vehículos que transportan la mercancía entran y salen de los barcos por sus propios medios, evitando así, la necesidad de utilizar personal para realizar la carga. Los medios para este tipo de transporte pueden ser muy variados y se suelen utilizar vagones, camiones, remolques, o cajas móviles, entre otros.
Transroulage
Se aplica cuando la mercancía debe realizar una travesía marítima. En barcos, ferries o navíos de carga, que tienen la capacidad de transportar cualquier vehículo, ya sea ferroviario o de carretera.
Ferroutage
Hace referencia a las combinaciones del desplazamiento por ferrocarril y carretera. Con este sistema, los trenes suelen transportar vehículos terrestres durante una buena parte del trayecto.
Transporte en contenedor o caja móvil
Este tipo de transporte facilita que se puedan combinar todo tipo de vías de transporte, que pueden llegar a incluir trayectos de ferrocarril-barco, ferrocarril-carretera y carretera-barco. Esto es posible, debido a que la mercancía es transportada directamente en contenedores o cajas móviles.
El transporte combinado es una interesante opción para el traslado de mercancías. Algunas de sus ventajas con respecto a otras modalidades resultan evidentes, pero también hay que valorar que, en determinados casos, puede no resultar la mejor elección. En cualquier caso, son los responsables de la cadena de distribución los que deben determinar el sistema más adecuado para asegurarse que las mercancías son trasladas de la manera más eficiente posible.