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Son numerosos los comentarios que cada año se escuchan a propósito de la celebración del mes del orgullo LGTBIQ+. Muchas personas ponen en duda la importancia de reivindicar por parte del colectivo su propia existencia y sus derechos. Todos los años estamos condenadxs a escuchar comentarios del tipo “¿Por qué siguen celebrando este día si ya se pueden casar y adoptar?”
La mayor parte de los comentarios contra la celebración del mes del orgullo LGTBIQ+ suele venir de personas que, si bien no tienen nada en contra del colectivo, se mueven en grupos sociales donde la diversidad y la pluralidad están ausentes.
Todxs aquellxs que formamos parte de este colectivo, lesbianas, transexuales, gays y/o cualquier persona cuya orientación sexual o de género ha marcado su existencia, podrían describir miles de episodios que, únicamente por esto, les han hecho sentir diferentes (no precisamente en el buen sentido de la palabra), y en ocasiones, excluidxs.
Estos pequeños ataques e intrusiones a la vida personal de las personas que formamos parte del colectivo no desaparecen cuando “salimos del armario”, sino que se mantienen en una constante vital, que en muchas ocasiones lo normalizamos lxs propixs afectadxs.
Episodios, comentarios y en ocasiones incluso violencia contra nuestro colectivo, no sólo influyen en entornos privados, sino que también se viven en entornos laborales. Seguro que muchos de los que están leyendo estas líneas no comprenden lo difícil que resulta ocultar a tus propios compañeros de trabajo aspectos tan naturales como el hecho de tener una pareja, simplemente por ser una pareja del mismo género.
Puedo dar numerosos ejemplos, personales y compartidos, de experiencias inapropiadas vividas en entornos laborables. Por ejemplo, compañeras enfermeras han tenido que escuchar comentarios del tipo “como se está poniendo la salud pública llena de bolleras”, mientras ponen vacunas contra el COVID-19.
En cuanto a la normalización de comentarios inapropiados, se ha llegado a normalizar en entornos profesionales la expresión “mariconada” para describir aquellas tareas que carecen de importancia, o “maricón” referido a aquel compañero “débil” para el desempeño de una función. Entonces ¿Qué sería una heterada? ¿Algo verdaderamente complicado y difícil de resolver?, resultaría hasta contradictorio.
Otro ejemplo de porque aún hoy en día es importante seguir reivindicando el mes del Orgullo, es la sensación de inseguridad o peligro que sentimos las personas LGTBIQ+ al ir de la mano con nuestra pareja por la calle, o simplemente paseando y siendo “visible” como les pasa a las personas trans. Un hombre o mujer heterosexual seguro que tampoco entendería no poder ir de la mano con su pareja por la calle, tranquilamente, por miedo a que le peguen una paliza. Requiere valor, estar sentado en la terraza de un bar y ver cómo los de la mesa de al lado se dan codazos de complicidad y se guiñan el ojo porque te has besado con tu pareja, algo que debería ser normal ¿verdad?
Por un momento, imagínate que todas las personas nuevas que vas conociendo a lo largo de tu vida te preguntan por tus genitales, como si de ello dependiese la forma en la que te deberían tratar ¿no te resultaría extraño?
Estas líneas, experiencias y comentarios, no pretenden castigar ni condenar a nadie, especialmente a aquellas personas que en algún momento han pensado o actuado de una forma inapropiada. Simplemente, manifestar la importancia que tiene celebrar el mes del orgullo LGTBIQ+, especialmente ahora que aumentan día tras día las agresiones contra personas del colectivo.
La única intención es hacerte pensar, mostrarte que aún queda mucho camino por recorrer para todxs aquellxs que padecemos violencia por el mero hecho de ser o querer diferente a la norma.
¡Espero haberlo conseguido!
Autor – Unx de nuestros Paackers
Why do we still celebrate LGBTIQ+ Pride Day?
Every year, we hear many comments about the celebration of LGBTIQ+ Pride. Many people question whether it’s still essential for the community to claim its existence and rights. You hear comments that sound like: “Why are they still celebrating Pride? Can’t they get married or adopt, already?”
Although they have nothing against the community, these comments mostly come from people who belong to social groups and/or entities where diversity and plurality are absent. People in our community – lesbians, transsexuals, gays and/or anyone whose sexual or gender orientation marked their existence – could mention thousands of episodes that made them feel different – not in the good sense of the word – and even excluded.
These small verbal attacks and intrusions into our personal lives are so constant that we normalize them, even after we come out. Recurrent episodes, comments, and sometimes even violence against our community impact not only our private life but also the professional one.
I am sure that many of you reading these lines now do not understand how difficult it is to hide normal facts from your colleagues, such as having a partner simply because that partner has the same gender as you.
I can provide many examples, both from my friends and my own, of inappropriate workplace experiences. For instance, fellow nurses had to cope with comments such as “look how public health is full of lesbians, now” while vaccinating against COVID-19.
It is also important to continue celebrating Pride’s month because of the feeling of insecurity or danger that LGTBIQ+ people feel when walking, holding hands with their partner on the street, or simply being “visible,” as happens to transgender people. A heterosexual man or woman surely wouldn’t understand the sensation of not being able to hold hands with their loved one on the street just because they are afraid of being physically attacked.
Bravery is required to sit on the terrace of a bar and watch people at the nearby table nudging and winking at each other because you’ve kissed your partner. Something that you could argue is quite normal, isn’t it?
Only for a moment, imagine that all the people you would meet throughout your life asked you about your genitals as if the way you should be treated depends on them. Wouldn’t you find it odd?
These lines, experiences, and words are not intended to punish or condemn anyone, especially those who at some point have thought or acted inappropriately. They simply aim at highlighting the importance of celebrating LGTBIQ+ Pride, especially now that aggressions against this community are increasing every day.
The only intention is to make you reflect and realise that there is still a long way to go for all of us who suffer from violence for the mere fact of being and loving differently from the norm.
I hope I have accomplished it.
Author – One of our Paackers