La denominación huella ecológica hace referencia al impacto que tiene nuestra actividad sobre el planeta. Es un indicador de sostenibilidad para medir los estilos de vida desde una perspectiva global. Tanto como consumidores o desde la esfera empresarial, se toman diariamente una gran cantidad de decisiones que acaban teniendo un efecto directo sobre los recursos de los que disponemos.
La Tierra tiene sus limitaciones, y si bien cuenta con espacios que podemos considerar como biológicamente productivos, es evidente que no son infinitos. Por tanto, es necesario que los comportamientos y estilos de vida de la población mundial puedan ser “asumidos” por estos espacios productivos.
Actualmente, existe un déficit entre las hectáreas productivas necesarias para nuestras actividades y la capacidad de suministro y de recursos de los que dispone el planeta. Esta diferencia se hace mucho más evidente en determinados países, pero independientemente de ello, es importante revisar muchas de nuestras actuaciones. Es necesario equilibrar la balanza para que los recursos que necesitamos sean sostenibles y que puedan ser absorbidos por los espacios de “terrenos productivos” de nuestro planeta.
A qué nos referimos…
- Para generar bienes y servicios se necesitan materiales, así como energía para producirlos y, para ello, hay que recurrir a los espacios de producción ecológica. Un ejemplo, para la construcción de casas de madera es necesario la existencia de bosques, que puedan aportar el material necesario para la construcción.
- Por su parte, estos bienes y productos también necesitarán sistemas ecológicos para controlar los residuos que generan, tanto durante el proceso productivo, como durante su uso y al final de su vida útil.
- Asimismo, estos bienes y servicios necesitan de espacios físicos como infraestructuras, edificios o equipamientos… que afectan y reducen el espacio de los terrenos considerados como productivos.
Diferencias entre huella ecológica y huella de carbono
Ambos conceptos pueden llevar a la confusión y pueden interpretarse como sinónimos, pero debemos tener en cuenta que entre ellos existen diferencias. La huella de carbono que genera cualquier actividad se mide en función de la cantidad de CO² que provoca la actividad humana. Por su parte, la huella ecológica, podríamos considerarla como un concepto más amplio, ya que equivale a todos los aspectos relacionados con el estilo de vida que seguimos, independientemente de si estas actividades emiten o no, gases de efecto invernadero.
¿Cómo actúa Paack?
Nuestra empresa siempre ha perseguido que la actividad relacionada con los desplazamientos de última milla genere el menor impacto posible en el planeta. La manera como trabajamos para reducir la huella de carbono de nuestra actividad, ya la hemos explicado en diversas ocasiones. Las entregas programadas y la optimización de rutas para reducir al máximo desplazamientos innecesarios, la utilización de flotas ecológicas o la puesta en marcha de iniciativas como One Tree Planted, son algunas ejemplos para medir, reducir y compensar la actividad que realizamos. Pero además de todo este tipo de actuaciones, también nos enfocamos a modelos productivos basados en la economía circular y ponemos una especial atención en la utilización de energías limpias o materiales sostenibles.