A la hora de distribuir un producto, las empresas de transporte deben tener en cuenta aspectos relacionados con su tamaño, peso o fragilidad para que, de esta manera, se pueda elegir el tipo de vehículo más adecuado para que la mercancía llegue al punto de destino en las mejores condiciones.
Además de estos condicionantes, existen otro tipo de productos como por ejemplo los de alimentación o del sector farmacéutico, químico o biomédico, en los que hay que contemplar la temperatura en la que son trasladados.
Al tratarse de un tipo de mercancía muy sensible se requiere de un control exhaustivo de todo el proceso que, en el caso de los medicamentos, incluso está regulado por Ley. Para estos envíos es fundamental preservar las condiciones de temperatura específicas de cada producto, desde que se recoge, hasta que se entrega en el lugar acordado.
Esta modalidad de envíos recibe el nombre de transporte a temperatura controlada y hace referencia a aquellos desplazamientos que deben garantizar una cadena de frío, en la que el producto en cuestión se mantiene en todo momento a la temperatura que podemos considerar segura.
Es un proceso que, además del transporte, afecta a toda la cadena logística, que abarca desde la producción, almacenamiento o punto de venta, ya que son productos que para su preservación deben mantenerse siempre a una determinada temperatura.
Entre las particularidades de este tipo de envíos destaca que, durante todo el proceso de transporte, las puertas del vehículo permanecen cerradas y solo se abren para realizar la carga y descarga que, por otra parte, debe realizarse en el menor tiempo posible.
Otro elemento diferencial del transporte a temperatura controlada es que durante los trayectos se verifica constantemente la temperatura del vehículo y la de los productos que transporta, especialmente en los distintos puntos de transmisión de la mercancía, con el objetivo de detectar cualquier alteración o problema que pudiera surgir.
¿Qué tipos de vehículos se utilizan en el transporte de temperatura controlada?
Las flotas utilizadas en el transporte a temperatura controlada cuentan con una serie de características especiales, como espacios recubiertos de materiales aislantes o medidores que registran la temperatura en el interior. En función de las necesidades de cada producto, se utilizan distintos tipos de vehículos, porque cada uno de ellos cuenta con propiedades específicas, que los hacen adecuados para el tipo de mercancía que se debe transportar.
En líneas generales, podemos clasificar a los vehículos dedicados al transporte de temperatura controlada en cuatro tipos:
Transporte Isotermo
En estos vehículos, las puertas, paredes, suelo y techo cuentan con materiales aislantes, para reducir el efecto que puede producir la diferencia de temperatura entre el interior y exterior.
Transporte Refrigerado
Además de disponer aislamiento, igual que los isotermos, los vehículos refrigerados están dotados de una fuente de frío, que permite reducir la temperatura en el interior del cubículo, incluso cuando en el exterior es elevada.
Transporte Frogorífico
Es un vehículo isotermo dotado de un dispositivo de producción de frío, destinado a bajar la temperatura del interior y mantenerla según las necesidades de cada producto. Generalmente, los frigoríficos pueden mantener temperaturas entre los 12º y los -20º.
Transporte Calorífico
También cuenta con un espacio aislado y, en este caso, tienen un dispositivo de producción de calor, para incrementar la temperatura interior del vehículo, permitiendo elevarla para que no baje de los 12ºC, incluso cuando en el exterior los termómetros se encuentran muy por debajo de los 0 grados.
Evolución del transporte a temperatura controlada
El transporte a temperatura controlada es una modalidad que ha crecido mucho en los últimos años, sobre todo debido al incremento del transporte de productos de alimentación.
En Paack estrenamos hace unos meses la división Paack Food, una solución enfocada a la demanda de algunos de nuestros clientes, que requieren de la eficacia de nuestro servicio de envíos programados, pero para un tipo de productos como los alimentos secos, refrigerados y congelados, que necesitan mantener una temperatura determinada durante los trayectos de última milla.